sábado, 31 de enero de 2009

Todo un señor... (por Miguel Motas)

No ha sido un buen día... ayer por la noche noto que uno de los compañeros con los que más bromeo no me sigue, lo noto ausente, distraído, serio... algo rarísimo pues siempre tiene una sonrisa amplia y franca. Con él he tenido las conversaciones más íntimas, del tipo de las buenas, esas que surgen de forma natural, con un in crescendo por ambas partes que se retroalimenta y permite llegar a niveles de conversación muy altos. Eso no se consigue con cualquiera. Es un gran tipo, noble, bueno pero pícaro, muy bromista, inteligente... y de repente, es todo gris. El día anterior estuvo en la pingüinera y es uno de los dos que estuvieron permanentemente conmigo en la lesión, se dieron cuenta de que algo no funcionaba y se quedaron rezagados acompañándome, ese tipo de ayuda silente pero primordial, en ningún momento me agobió con arranques de heroicidad compasiva, simplemente se limitó a estar a mi lado y acompañar mi ritmo lastimero distrayendo mi preocupación con bromas y esa amplia sonrisa. Después de que le diese las gracias siguió con otro tema obviando totalmente mis referencias hacia su ayuda, lo considera normal y prescindible de mención alguna por lo que me cambia de tema. Con tipos así uno puede ir a cualquier sitio, en cualquier condición, sintiéndose seguro y respetado en su intimidad, sabes de forma tácita que no te fallan. Eso es algo que en la montaña se aprecia de forma inequívoca con pequeños detalles, y la garantía irrefutable se produce cuando surgen situaciones críticas.
El caso, retomando el tema, es que al verlo así bromeo si está cansado o es por la siesta descomunal que nos habíamos pegado, y en ese momento confirmo que algo no marcha bien, me cuenta que hace escasamente hora y media, tras llamar después de mi, se había enterado de la muerte de su hermano mayor.

Había estado ese tiempo rumiando sus sentimientos, sin alardes autocompasivos, manteniendo el tipo toda la cena, pendiente de si nos faltaba algo, aparentemente normal… tanto, que me costó vislumbrar ese “algo raro”. No se lo había dicho a nadie, estaba intentando encajar el golpe, ha sido repentino, estaban en Navidad haciéndole unas pruebas de cáncer y la siguiente noticia ha sido ésta. No se lo esperaba en absoluto. Se niega a volverse, es práctico y piensa que ya nada puede hacer, el tiempo de reacción para que pueda moverse de aquí es muy dilatado y no permite dejar el experimento a medias, ni a su compañero con todo el trabajo. Es una profesionalidad que excede con mucho la de mucha gente que conozco, y sobre todo sin alardes circenses. Ante una situación así uno no sabe qué hacer, intento estar ahí y sobre todo escuchar, tras un tiempo hablamos de temas banales distrayendo la atención del problema, no es suficiente para que me sienta enormemente torpe para afrontar la ayuda que necesita. Siempre he pensado que el género femenino es muchísimo más hábil para desenvolverse por estas lides. De repente tengo la sensación de una brusca toma de contacto con la realidad, por muy lejos que estemos, aunque no tengamos dinero, cartera, móvil, apenas Internet, televisión ni radio, no sabemos nada de lo que está pasando en el mundo… todo continua.

Hoy he aprendido mucho de este AMIGO, no sé decir exactamente qué, pero sé que es importante...


Fotos: Miguel Motas.

jueves, 29 de enero de 2009

Crisol científico... (por Miguel Motas)

Como decía algo ha cambiado, somos tantos que los recursos son muy compartidos, menos mal que con mucha educación y respeto todo funciona. Los rusos un portugués y un español llamado Miguel (ya somos de repente 4 en la base) estudian el permafrost, datan antigüedad y buscan bacterias de hace miles de años...
Otro grupo está compuesto por gente del Instituto Geominero y universidades, estudia el paleomagnetismo, menuda charla interesante tuve con Inma, la cual con mucha paciencia contestaba al intenso interrogatorio al que le sometí (siempre me ha gustado la geología), resulta que no conocemos casi nada de lo que pasa más allá de unos 20 km de profundidad en la corteza, que la corteza en los fondos marinos es más estrecha que en los continentes y esa diferencia es una de las razones que explica la mala y turbulenta relación entre las placas, que el polo norte magnético se invierte espontáneamente cada determinados años, no se conoce la causa pero ello permite datar determinadas rocas según el magnetismo... para tomar muestras perforan con una especie de broca hueca con una corona de diamantes incrustados y ayudada por agua, no me explico como el tesoro de Drake no ha salido ya a la luz entre tanta perforación.
En definitiva, un sinfín de cosas interesantísimas que me plantean como puede esta gente mantener la ilusión cuando no controlan prácticamente ninguna variable de sus experimentos, estando la explicación de muchos eventos miles de años atrás y pudiendo sólo aventurarse a postular teorías que parezcan explicar ciertos fenómenos, alterando una variable manteniendo las otras estables (algo no reproducible en la naturaleza), parece fustrante pero me explica que no tienen otro medio.

También hay un grupo de galleguiños que estudian toda la fauna intermareal, se pasan los días cual buscadores de oro, filtrando arena y buscando todo tipo de microfauna. Concha me explica sus cursos de formación a percebeiros y el papel fundamental que jugaron en la contaminación por el Prestige... Recientemente han llegado unos chilenos que estudian bacterias extremófilas, es decir, las que sobreviven en ambientes extremos tipo fumarolas y glaciares. Es difícil aburrirse con semejantes temas de conversación, te hacen sentir lo limitada que es una vida habiendo tantas cosas interesantes por aprender... una pena.

El domingo estuvimos invitados en la Base Argentina ya que celebraban el 61 aniversario de su fundación, como costumbre de la Armada nos invitaron a un chocolate muy bueno... nuestro país quedó honrosamente imbatido en un campeonato de ping-pong reñido. Entre jornadas de análisis llegó el día de volver la pingüinera, fue un día lamentable: lluvia, viento, frío (-6ºC) y finalmente nevada con ventisca… la cara sufría los pinchazos que la nieve con violencia nos propinaba… para aderezar la vuelta mi tendón de Aquiles otra vez... es la bota, me roza hasta que tras dos horas me produce la inflamación “sensaciones de rabia contenida e impotencia me embargan””... volvemos al tratamiento y en cuanto pueda pruebo las botas llegadas de España que espero me solucionen el problema, pues el ritmo de laboratorio es tan bueno que en breve llegamos a las 300 muestras y terminamos.

Por la tarde realizo la necropsia de los cadáveres encontrados en la pingüinera, es increíble el estado de conservación, al no haber prácticamente actividad microbiana no hay putrefacción, está perfectamente conservado, anatómicamente es un despliegue de estructuras fácilmente observables, tomo todo tipo de muestras, me siento mejor y algo más útil. La velada es agradable y Amós y Bismark comparten con nosotros un Gran Duque de Alba…

Fotos: Miguel Motas y www.ejercito.mde.es/mexterior/webantartida/

lunes, 26 de enero de 2009

Trabajando con petreles gigantes, cuando el tiempo lo permite..

Crónica de Silvia Jerez

Una de las limitaciones más importantes que se presentan al trabajar en un lugar como éste es sin duda el clima. Si el viento y la nieve son fuertes y persistentes, es preferible no salir a hacer trabajos en el campo. Esto ocurre a menudo. Sin embargo las condiciones meteorológicas cambian muy rápido, y si por la mañana parece que va a ser imposible salir en todo el día, en un rato mejora de forma radical y se puede salir. Además, el meteorólogo de la base, Pili, controla constantemente estas condiciones e informa a los investigadores cuando es aconsejable salir y cuándo no.El “Grupo Aves”, con el que colaboro aquí en la base, estudia diferentes especies en la isla. Hemos estado trabajando en varias colonias de petreles gigantes. Para trabajar con esta especie es necesario conocerla bien, de manera que se influya lo menos posible en su desarrollo y hábitat, y el disturbio sobre las colonias se minimice al máximo. Los chicos que trabajan con los petreles gigantes llevan años haciéndolo, y cumplen con creces este requisito.
Llevan a cabo estudios sobre fidelidad al sitio reproductivo y entre parejas, éxito reproductivo, etc. Para ello es necesario anillar individuos y controlar su presencia mediante la lectura de los anillos año tras año, determinar el sexo mediante la medida del pico de cada individuo que se anilla o detectar nidos que se hayan perdido. Además se toman muestras de sangre y plumas. Su experiencia permite que estos trabajos se realicen con bastante agilidad.
Una vez finalizadas las tareas en cada una de las colonias, hay que alejarse unos 50 o 100 metros, y controlar que todos los petreles permanezcan en sus respectivos nidos mediante el uso de prismáticos. Esta maniobra a veces lleva horas, y el frío en lo alto de la montaña se hace bastante incómodo de soportar. Cuando por fin todos los progenitores ocupan sus nidos, nos alegramos mucho, y seguimos trabajando.

Fotos: Silvia Jerez.

Periplo por las islas... (por Miguel Motas)

Ha sido toda una experiencia!! Vuelta al Buque Las Palmas, vamos los pingüinólogos y el bueno de Amós, que tiene que poner unos GPS en distintas islas. En el barco encontramos a Pablo y Javier, dos investigadores de la Autónoma que hacen un estudio muy interesante sobre la presión turística en la Antártida, evaluando efectos de pisadas, residuos, etc. hicimos muy buenas migas enseguida (no hay nada como un fluido que hace oscilar tu cuerpo hasta 45º sobre la horizontal para afianzar relaciones cordiales). También encontramos a Andrés, nos ponemos al día de las actividades del proyecto y compartimos todas las experiencias e impresiones que han acontecido desde que nos despedimos, da gusto ver el equipo de trabajo que somos.
Primero fuimos a Livingston a Punta Hannah, el desembarco fue temprano y un poco aventurado, la zona no está cartografiada con lo cual el barco atraca a bastante distancia, por lo tanto el trayecto en zodiac es largo y el marino que lleva la misma lo hace más tiempo por el aire que sobre el mar.
Teníamos escasamente 5 horas para tomar muestras de sangre a unos 50 animales, aquí como no hay ya nidos hay que capturar a los adultos con una especie de cazamariposas gigante, de lo cual me hago cargo gustosamente (en el fondo es lo más parecido a coger una raqueta de tenis en dos meses). Los animales muestreados son pingüinos Papúa (con un pico rojo muy vistoso, y de mayor tamaño que el Barbijo, algo más miedoso). El trabajo se nos da bien, pero cuando nos disponemos a almorzar lo que al barco nos ha preparado... ya han vuelto a recogernos.
Tenemos la posibilidad de contemplar lobos marinos y colonias de elefantes marinos, nos podemos acercar mucho hasta que nos amenazan con las fauces abiertas y sonidos-bufidos inquietantes. A la vuelta un regalo: en torno a 8-10 ballenas en círculo emergiendo y sumergiéndose con el ritual de las burbujas para cercar al Krill y cazarlo-pescarlo… nos acercamos con las zodiacs apenas a 10 metros, hay una mezcla de emoción y miedo, son inmensas, creo que jorobadas, con los trajes de seguridad y las mochilas resguardadas no tengo acceso a la cámara, da igual; lo fijo en mi retina espero que de por vida.
Estamos satisfechos pero exhaustos, el problema es que en el barco (oscilante por definición) nos toca procesar las muestras, hay que centrifugar para obtener el plasma, fijar los frotis y etiquetar todo (más de dos horas), sin tiempo a ducha previa pues estamos en la zona común que en breve va a ser utilizada por el resto del personal científico, algún componente no aguanta el mareo y tenemos bajas en el proceso lo cual dilata la ardua tarea. Felizmente Amós y yo vemos hecho realidad un sueño recreado en conversaciones previas, nos sirven de cenar un caldero muy decente con un alioli excelente… merece la pena todo el esfuerzo del día.
Al día siguiente nos levantamos a las seis de la mañana para desembarcar en la Isla Rey Jorge (Caleta Potter), para muestrear principalmente Pingüinos Adelia. Es peligroso el trayecto ya que tampoco está cartografiado y hay un fondo con muchas rocas que no llegan a aflorar a la superficie, al final la hélice solo roza levemente cerca de la playa.

Estamos frente a un pequeño refugio que tienen los argentinos cerca de la pingüinera, cuando llamamos nos abren somnolientos y SORPRESA!!! Silvia apenas me reconoce por la barba y por el sueño que todavía arrastra, es una invasión en toda regla, a su vez Julia se encuentra con Bruno.


Es un momento especial y muy esperado, encontrar a alguien de tu tierra y de tu círculo cercano aquí, en medio de una isla desierta en el confín de la Tierra, tenía muchas ganas de saber que estaba bien. Tras abrazos y besos nos disponemos a trabajar, tenemos hasta las 14 en que el Barco vendrá a recogernos a la Base argentina de Jubany. Nos ayudan Silvia y Bruno Pasamos frío, los Adelia son preciosos, algo más pequeños que los Papúa pero con bastante más carácter. En las persecuciones mi tobillo responde.

Felizmente vemos en la playa una Foca de Weddell, no se inmuta ante nuestra presencia con lo que me puedo acercar cuanto me plazca, pero intento no perturbar esta “siesta antártica”. En el refugio conocemos otros argentinos que nos ofrecen sopa caliente y compartimos nuestro almuerzo...
Andamos una hora hasta la Base argentina con un paisaje de glaciares y lagos impresionante. La Base es inmensa, es de invernada y por lo tanto tiene gran espacio, laboratorios varios, cine, gimnasio, internet de banda ancha etc.

El Barco llega sobre las 16 y nos despedimos con cierta tristeza, hemos hablado mucho exprimiendo el escaso tiempo que éramos conscientes que teníamos. Tomamos rumbo hacia una Isla-Cono Volcánico llamada Pingüin, para que Amós ponga otro GPS, en el trayecto hay una cena especial para toda la dotación del Barco: ibéricos, empanadas gallegas de tres tipos (el 80% son gallegos), etc. El ambiente es buenísimo, pero de repente todo se estropea, Amós no puede bajar pues la niebla no deja ver nada y el radar detecta un iceberg entre nosotros y la Isla (el viaje no ha servido de nada). En cuestión de minutos se levanta un temporal de órdago, la experiencia es peor que el Drake, estamos fondeados y ante los envites de las olas la cadena tiene el riesgo de partirse, nos golpean olas de entre 8-10 metros que llegan a la altura del puente, salimos a toda máquina pero no amaina, se tiene que poner trajes de buzo y atarse para controlar las zodiacs que más que en la popa ya forman parte del mar. Sin desvestirme me meto en la cama, todo se cae a pesar de estar atado, en la propia cama damos botes, el barco oscila en los tres ejes que conozco... así toda la noche!!
El día después es pura desesperación vamos en un lento regreso isla a isla, dejamos con retraso a Andrés (el vuelo sale un día después), y vemos una tanda de películas… Julia está desesperada del barco. Al día siguiente llegamos a casa a eso de las 14 horas… pero para variar la mar no colabora y se retrasa el desembarco, pues así las zodiacs no pueden recogernos, estamos deseando llegar. El motor de estribor nos da un susto pero al final se soluciona. Pablo nos ayuda en el desembarco, es un chico genial, hemos hecho buenas migas. Ya en casa nos reciben en la playa a pesar del día… que gusto!!. Algo ha cambiado, hay 15 científicos más en la base, entre ellos varios rusos... tenemos que adaptarnos, ya no es lo mismo. El espacio es limitado y todo hay que compartirlo sobremanera…

Fotos: Javier Sánchez Banacloy, Miguel Motas y www.ejercito.mde.es/mexterior/webantartida/

jueves, 22 de enero de 2009

En la pingüinera con Miguel... (por Silvia Jerez)

Ya han pasado cuatro días desde que estoy en Jubany. Puede que suene a tópico, pero el tiempo trascurre aquí de forma diferente, a veces muy rápido, a ratos parece que despacio. Podría contar montones de cosas que llaman la atención en estas latitudes. ¡Darse una ducha viendo un glaciar enorme por la ventana no pasa todos los días! Ni estar escuchando desde la cama los gemidos de un grupo de elefantes marinos...
Hoy además han venido a la pingüinera Miguel, Jesús y Julia. Acabábamos de despertarnos en el refugio (un módulo pequeño que hay habilitado cerca de la pingüinera para evitar algunos días la caminata hasta la base), cuando han empezado a tocar la puerta... cuando he abierto no me lo podía creer, ¡menuda alegría! cualquiera los conoce con esa barba y sin esperarlos allí...

He estado con ellos tomando muestras de los pingüinos, y luego hemos vuelto a la base a esperar que los recogiera el barco. Hemos podido estar un rato tranquilos, hablando de cómo nos está yendo. Ha estado muy bien...


La pingüinera es una preciosidad, obviando el olor ¡claro! En la que yo voy a trabajar la mayor parte del tiempo, hay dos especies diferentes de pingüinos, adelia y papua. Son muy graciosos. Dentro de unos días tendré la oportunidad de trabajar también con pingüino barbijo, en una colonia a la que iremos en bote. Ya os iré contando...

Fotos: Silvia Jerez y Miguel Motas.

miércoles, 21 de enero de 2009

El Relevo en la Pingüinera... (por Jesús Benzal)

Dado que Miguel Motas está embarcado en el Buque las Palmas para tomar muestras de otras Islas Cercanas, vamos a ver cómo está viviendo esta experiencia Jesús Benzal.

Crónica de Jesús Benzal para el Blog del Proyecto PINGUCLIM II

La actividad del proyecto PINGUCLIM durante la presente campaña 2008-2009, se desarrolla a lo largo de ambas fases de la misma. Durante la primera, Andrés Carbosa, Ana y Paco han dado inicio a los dos estudios que llevamos a cabo en la pingüinera de Punta Descubierta. Ellos han llevado a cabo el trabajo hasta el pasado día 5 de enero, cuando Julia, Miguel Motas y el que escribe estas líneas, llegamos a la Base Gabriel de Castilla (Isla Decepción) procedentes de Ushuaia (Argentina) en el Buque Las Palmas de la Armada Española.

La vuelta a la Base constituye un reencuentro con compañeros de campañas anteriores y el recuerdo de emotivas vivencias tenidas en la misma. Para Julia y Miguel, que constituye su primera campaña, todo es nuevo y el frenesí del recibimiento que tenemos con los que nos los que nos reciben constituye un momento emotivo y difícil de transmitir.

Tras los primeros saludos y acomodación en la base y, dado que el tiempo que tenemos para hacer el relevo es corto, nuestros compañeros de la primera fase nos ponen al corriente del trabajo llevado a cabo hasta ahora y de por dónde debemos continuar durante nuestra estancia en la isla. Sin más dilación el día 6 tomamos contacto directo con los pingüinos en compañía de Andrés y nuevos recuerdos al atravesar “el collado” vienen a nuestra mente.

El trabajo con los pingüinos constituye una experiencia de disfrute y sufrimiento que en la mayoría de los días con ellos se experimentan de forma simultánea.

La actividad de los pingüinos en la colonia es continua y día a día el frenesí de los padres por alimentar y defender a su prole también. Esta dinámica tiene su reflejo en el rápido crecimiento de los pollos y ello condiciona también nuestro trabajo en la colonia en para su seguimiento, toma de datos y muestras de todos y cada uno de los nidos seleccionados en nuestro estudio. De no hacerlo así, todo se perdería y ni siquiera las malas condiciones meteorológicas deben, salvo por motivos de seguridad amedrentarnos.

En este sentido, hay que decir que la parte de mayor sufrimiento en nuestro trabajo es el que impone la meteorología. En la Decepción, el tiempo es cambiante y constituye una de nuestras peores pesadillas. El problema meteorológico puede estar condicionado tanto por el viento, como por las precipitaciones en forma de nieve o agua. El viento nos puede impedir acceder a la pingüinera dado que al atravesar el collado por el que accedemos a la misma se pueden encontrar vientos superiores a 70 Km/h en algunas ocasiones. En la pingüinera, el viento, unido a la baja temperatura y, si tenemos mala suerte, la niebla, hacen que la sensación de frío durante los muestreos sea realmente desagradable para nuestro trabajo. Si a ello se une el tener que trabajar y manejar a los pingüinos con las manos sin ninguna protección, hace que éstas se nos queden tan insensibles que nos impiden cualquier movimiento por simple que sea.

No obstante, y dado que la necesidad de completar el muestreo implica no dejar ningún día sin la toma de datos y muestras, nos vemos obligados a superar esta prueba que para algunos llega a ser realmente dura.

Pero… si realmente somos realistas estas condiciones no nos deberían asustar si pensamos en las que se pueden vivir o haber vivido en la Antártida. En realidad, nos hemos hecho “cómodos” y cualquier situación que se sale de nuestra vida cotidiana, nos echa para atrás. En la actualidad nunca llegaremos situaciones como la vivida por Cherry-Garrad durante su viaje con la expedición de Scott al Polo Sur, cuando estudiando al Pingüino Emperador un día se encontró en su campamento con una temperatura de -60,8 ºC.

En su libro “El Peor viaje del Mundo” lo relata así:

“… Aquel día permanece en mi memoria como el día en que descubrí que no merece la pena tomar datos…” “… No voy a negar que esto me convenció de que Dante estaba en lo cierto cuando situó los círculos de hielo por debajo de los círculos de fuego”

Crónica de: Jesús Benzal para el Blog del Proyecto PINGUCLIM II
Actualizado por: Juan Carlos Gómez.
Fotos: www.ejercito.mde.es/mexterior/webantartida/ y www.api-spain.es/Blog_PINGUCLIM_2008_2009.html

martes, 20 de enero de 2009

Nos preparamos para tomar muestras en otras islas...

Crónica 19-01-09

Hay cambios, Las Palmas llega mañana, antes de comer estaremos embarcados, con lo cual hoy hemos duplicado los esfuerzos analíticos. Después hemos dejado todo el material preparado, en principio serán tres o cuatro días fuera. En la Isla Rey Jorge me encontraré con Silvia y muestrearemos adultos en la playa, de las especies Adelia y Papúa. En otra jornada iremos a la Isla de Livingston (Punta Hannah) a muestrear Papúa y más Barbijo, será extenuante pero tengo muchas ganas.

Llevo por la lesión demasiados días en la Base y me apetece encontrarme con Silvia ¿cómo le habrá ido el Drake? En principio dormiremos en el barco, pero como todo es impredecible, llevamos tienda, sacos y raciones de supervivencia que nos han preparado los militares.

Otro día precioso y tras tener todo preparado, Julia y yo paseamos por fin hacia la zona sureste de la Isla, nos encontramos con un Lobo Marino que se nos enfada, después vemos unos vestigios de lo que fue la gran actividad ballenera que hubo en la Isla a principios del siglo pasado y por último nos sobrevuela rozando el “agua-espejo” de la Bahía Foster, un petrel gigante e escasos dos metros de nosotros.
Hoy ha sido el cumpleaños de Jesús, un militar miembro de los “cobreti”, los encargados de montar el nuevo módulo de vida, ha recibido múltiples regalos y hemos tenido tarta… ¡somos una familia!.

Fotos: Miguel Motas.

¡Por fin en Jubany!... (por Silvia Jerez desde la Isla del Rey Jorge)

Después de tres días de viaje en el BIO Las Palmas, por fin he pisado suelo antártico. Ya me encuentro en la Base Argentina Jubany, situada en la Isla del Rey Jorge, donde pasaré las próximas semanas... ¡Es una pasada!

El paso del Drake es toda una aventura. La gran mayoría de los científicos (así nos llaman en el BIO Las Palmas, creo que ya lo comentó Miguel) pasamos las primeras 24 horas de la cama al baño... al parecer fueron horas bastante moviditas ya que también gran parte de la tripulación habitual del buque estaba indispuesta. Estaba previsto que el tiempo fuera bueno, pero no fue así... ¡Todo se movía...mucho! Por suerte, los dos días siguientes fueron más tranquilos, pudimos comer, pasear, hacer fotos... y conocernos mejor. El ambiente es increíble, enseguida uno se siente compañero de todo el mundo, todo el mundo está dispuesto a ayudarte y a preguntarte qué tal estás... Gallegos, aragoneses, riojanos, andaluces, canarios... todos compartimos esta aventura, y eso se nota desde el primer momento.

La tripulación es muy amable y tienen un mérito enorme. Pasan más de 6 meses en el buque, la mayoría del tiempo navegando. Cruzan el Drake una y otra vez, y siempre tienen buen humor y buena voluntad.

De repente te despiertas el día 3 y, sientes que el barco apenas se mueve, te pones las botas deprisa y corriendo, sales fuera y... ¡lo que se ve es indescriptible! Por más fotos que se hayan visto, esa primera imagen de tierras antárticas es tremendamente sorprendente. La emoción que se siente al ser consciente de dónde se está, de la suerte que se tiene por poder estar aquí...es alucinante. Saborear esta experiencia y disfrutarla al máximo cada minuto es una obligación, una dulce obligación.

Mañana mismo empieza mi trabajo aquí, en la pingüinera y colaborando con un grupo de investigadores argentinos. En los próximos días iré contando todo esto con más detalle...

Fotos: Silvia Jerez.

lunes, 19 de enero de 2009

En la Isla del Rey Jorge...

En teoría, a esta hora Silvia ya debe estar en la Base Argentina Jubany en la Isla del Rey Jorge... Esperamos que tenga acceso a las comunicaciones en breve espacio de tiempo para que nos cuente como fue el viaje por el Cabo de Hornos, el Paso de Drake, etc. y sus sensaciones ahora que ya está en la Base Argentina.

Actualizado por: Juan Carlos Gómez.

Fotos: www.ejercito.mde.es/mexterior/webantartida/

Vaya fiesta en la Base Argentina...

Crónica 18-01-09

Fue divertidísimo, pasamos una noche muy agradable, el médico argentino es un cantante-guitarrista consumado y nos mostró un buen repertorio de canciones tradicionales, después se montaron bailes con cumbias y demás bailes del país, incluso hubo algún disfraz en una actuación memorable “del Brujo” (así le llaman al médico de la Base).


Hoy estamos con los preparativos para las islas, estamos esperando al Buque Las Palmas que mañana vendrá a recogernos (en teoría) y se supone que traerá el arcón que tiene el material que nos falta (todo es una incógnita). Mientras tanto seguimos avanzando con los análisis.


Por la tarde aquí también es la típica tarde de domingo de invierno, como el cine más cercano nos viene lejos, hemos hecho una sesión con el proyector de la base, una de acción.

Fotos: Miguel Motas.

domingo, 18 de enero de 2009

La primera noche en calma total...

La noche de ayer fue algo increíble, después de la nevada, invadió la bahía una quietud total, no había nada de viento (la primera vez desde que estamos aquí), no se oía nada, se despejo la noche, las montañas nevadas se reflejaban en el agua y salió la luna (con una trayectoria a la que no estamos acostumbrados). Era la premonición de la mañana que hemos tenido... un sol radiante y un día luminoso y colorido; como a modo de celebración nos ha sobrevolado un avión militar argentino y ha llegado un velero de apenas 10 metros. Es digno de admiración que haya gente que se aventure a cruzar el Drake en un velero y se atreva por estos mares con grandes corrientes, icebergs, vientos fortísimos, etc. en apenas 10 metros de eslora.

Esta noche tenemos invitación en la base argentina de hamburguesas a la parrilla, los sábados esta gente los celebran gastronómicamente. Mañana además de laboratorio nos dedicaremos a preparar todo el material de campo, para una vez que llegue el Buque Las Palmas, hacer un recorrido por Livingston y Rey Jorge muestreando a nuestros amigos los pingüinos, pero esta vez Adelia y Papúa.
Fotos: Miguel Motas