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miércoles, 18 de febrero de 2009

Dejando atrás la Antártida…

La vuelta de nuestros investigadores en el Buque de Investigaciones Oceanográficas Las Palmas, al final ha sufrido un pequeño retraso, con lo que en lugar de partir esta mañana, se ha retrasado para esta tarde.

Este Mediodía Antártico hemos podido comunicarnos con Miguel, y fruto de nuestra conversación podemos confirmar que en estos momentos (19:00 Hora Española) nuestros investigadores ya están embarcados en el BIO Las Palmas. Nuevamente tenemos juntos a Silvia y Miguel que este viaje de vuelta lo realizaran juntos.

Debe ser una difícil sensación para todos nuestros aventureros (Silvia, Julia, Jesús,Miguel,etc) dejar atrás tantas emociones, aventuras y desventuras en las Pingüineras y demás localizaciones antárticas, que tan entretenidos nos han tenido.

El viaje durara si hay suerte sobre 3 días, en los que intentaremos daros noticias de nuestros amigos, siempre que la comunicación con el barco funcione, que no siempre es fácil y menos en el Paso de Drake... Desde España, deseamos que tengan un buen viaje de regreso a Ushuaia.

Actualizado por: Juan Carlos Gómez.
Fotos: Miguel Motas, Javier Sánchez Banacloy y CSIC.

Tensa espera huracanada… (por Miguel Motas)

Después de tener todo arreglado, sólo queda una sucesión de pequeñas cosas que no tiene fin. Colgamos los carteles que hemos elaborado con la distancia hacia nuestra tierra, es extraño ya que todo el mundo lo ha puesto en la dirección equivocada ¿o no? Llega la hora de despedir a un gran contingente de compañeros que se van antes en el barco, ya que desde Rey Jorge tomarán el vuelo. Entre ellos van Bismarck y Amós, Amós lo veremos a Ushuaia, pero a Bismarck ya no... la despedida es dura, besos, abrazos, unos con más lágrimas que otros, los cuales las aguantan en su interior intentando mantener al máximo posible la compostura. La despedida con mis amigos es breve, incluso seca... pero muy intensa y sentida, es como una especie de acuerdo tácito, parte de mi experiencia antártica se va indefectiblemente con ellos...duele.


Ayer estuvimos todo el día de espera, preparamos maletas, cerrando todos los arcones con el material de investigación, etc. Por la tarde Jesús y yo estiramos las piernas acompañando a los compañeros de fauna intermareal a Fumarolas, era de lo poco que me faltaba por ver. La fumarola emite gases sulfurosos, al tocar el suelo arde, es una sensación imponente de la fuerza de la naturaleza. Vemos muchos lobos marinos, alguno se nos encara hasta hacernos correr por la playa, también vemos crías jugando, como casi todos los benjamines son preciosos de admirar y graciosos en su comportamiento.
La tarde era buena, pero en cuestión de 10 minutos ingresa una niebla en la Bahía acompañada de frío y viento, la vuelta es desagradable y al subir la marea, nos cuesta sobremanera atravesar el canal que une la Bahía al Lago Irizar, las botas de agua son una nimia defensa frente a la corriente helada, al final lo conseguimos.

La tarde noche es épica, ese viento va incrementándose hasta cotas que no habíamos presenciado, los dos remolcadores argentinos que por la tarde estaban en la Bahía tienen que dejar el fondeo por lo mal que está el mar, no pueden salir de la Bahía por los Fuelles de Neptuno con ese temporal, se dedican a dar vueltas por la Bahía. Dos veleros sufren, uno de ellos con el aventurero Jesús Calleja, que realiza programas de aventura para Cuatro y que pretendía venir a vernos, también tiene que dejar el fondeo por el fuerte viento y oleaje que se está instaurando. El buque Las Palmas no puede entrar por la misma razón, por la radio captamos la tensión de maniobras rápidas e improvisadas que tienen que coordinar sobre la marcha.

Por la noche da miedo, llegamos a vientos de 80 nudos (140 km/h), el módulo de vida tiembla, vemos volar placas metálicas de la remodelación de la base, un big box sale volando delante de nuestros ojos, se cae la antena de transmisiones a punto de golpear uno de los vehículos, nuestro iglú se empieza a desmontar y pierde partes de la estructura que aparecerán a cientos de metros de la Base... la Isla nos quiere despedir dejando claro lo que puede ser la Antártida, infunde respeto por no decir miedo.
Ha sido una noche larga pero afortunada para nosotros cuando el velero nos comenta lo que ha sufrido. Durante el infierno nocturno han perdido el radar, las antenas, han roto las velas... nos lo cuentan por la radio exhaustos, no han pegado ojo y han temido por su vida, les ofrecemos toda nuestra ayuda, con semejante panorama se cancela la visita por hoy. Por la tarde amaina con lo cual Las Palmas podrá entrar y está previsto que mañana por la mañana embarquemos.
Fotos: Miguel Motas.

martes, 10 de febrero de 2009

Excursiones... (por Miguel Motas)

Enriquecedor, es la palabra que define la nueva faceta de ayudante de otros proyectos. El lunes fuimos Jesús y yo ayudar a Amós y Bismarck en sus actividades de cambios de batería, colocación de GPS, etc. De esta forma tuve la oportunidad de conocer Cráter 70, el responsable de la erupción del citado año, así como los restos de la Base Chilena, Caleta Péndulo, Glaciares Negro, Rojo y Verde...
Cráter 70 es enorme, es un cráter flanqueado por un gran glaciar que va derrumbándose poco a poco empujando fragmentos de roca, es algo inmenso tanto por su belleza como por su tamaño. La Base Chilena es un cementerio de hierros y estructuras que permiten imaginar el infierno que vivió esa gente en la erupción y lluvia de cenizas posterior.
En ese mismo lugar está Caleta Péndulo, donde hay una fumarola que calienta el agua a unos 20ºC, lugar visitado por turistas para baños múltiples y vergonzantes. Tras pasar esta zona, los militares (Carlos y Juan) nos regalan una pasada por los tres glaciares que desembocan en la Bahía, se alternan los colores negro, rojo verde según la materia mineral que arrastran, es realmente impactante. Nos siguen y nos flanquean unos curiosos cormoranes de ojo azul en nuestra navegación. En el transcurso de la excursión me permito bañarme y probar el Viking, para mi desgracia tiene una pequeña entrada lateral por la que entra el agua, sirve para que lo revisen y se repare, a la vez que despierta bruscamente todos mis sentidos.
Por la tarde después de realizar la última necropsia que tenía pendiente, damos un paseo por la playa, durante la cual sufrimos el ataque-amenaza de unos lobos marinos, en al agua son muy ágiles alcanzando gran velocidad en su acometida hacia la playa, lo cual unido a una abertura de la boca y un sonido gutural, nos hace correr en tiempo récord playa adentro. Por la noche tengo el placer de divisar en un claro del cielo, la luna llena en sintonía con una calma total de la bahía…

Fotos: Miguel Motas.

lunes, 26 de enero de 2009

Periplo por las islas... (por Miguel Motas)

Ha sido toda una experiencia!! Vuelta al Buque Las Palmas, vamos los pingüinólogos y el bueno de Amós, que tiene que poner unos GPS en distintas islas. En el barco encontramos a Pablo y Javier, dos investigadores de la Autónoma que hacen un estudio muy interesante sobre la presión turística en la Antártida, evaluando efectos de pisadas, residuos, etc. hicimos muy buenas migas enseguida (no hay nada como un fluido que hace oscilar tu cuerpo hasta 45º sobre la horizontal para afianzar relaciones cordiales). También encontramos a Andrés, nos ponemos al día de las actividades del proyecto y compartimos todas las experiencias e impresiones que han acontecido desde que nos despedimos, da gusto ver el equipo de trabajo que somos.
Primero fuimos a Livingston a Punta Hannah, el desembarco fue temprano y un poco aventurado, la zona no está cartografiada con lo cual el barco atraca a bastante distancia, por lo tanto el trayecto en zodiac es largo y el marino que lleva la misma lo hace más tiempo por el aire que sobre el mar.
Teníamos escasamente 5 horas para tomar muestras de sangre a unos 50 animales, aquí como no hay ya nidos hay que capturar a los adultos con una especie de cazamariposas gigante, de lo cual me hago cargo gustosamente (en el fondo es lo más parecido a coger una raqueta de tenis en dos meses). Los animales muestreados son pingüinos Papúa (con un pico rojo muy vistoso, y de mayor tamaño que el Barbijo, algo más miedoso). El trabajo se nos da bien, pero cuando nos disponemos a almorzar lo que al barco nos ha preparado... ya han vuelto a recogernos.
Tenemos la posibilidad de contemplar lobos marinos y colonias de elefantes marinos, nos podemos acercar mucho hasta que nos amenazan con las fauces abiertas y sonidos-bufidos inquietantes. A la vuelta un regalo: en torno a 8-10 ballenas en círculo emergiendo y sumergiéndose con el ritual de las burbujas para cercar al Krill y cazarlo-pescarlo… nos acercamos con las zodiacs apenas a 10 metros, hay una mezcla de emoción y miedo, son inmensas, creo que jorobadas, con los trajes de seguridad y las mochilas resguardadas no tengo acceso a la cámara, da igual; lo fijo en mi retina espero que de por vida.
Estamos satisfechos pero exhaustos, el problema es que en el barco (oscilante por definición) nos toca procesar las muestras, hay que centrifugar para obtener el plasma, fijar los frotis y etiquetar todo (más de dos horas), sin tiempo a ducha previa pues estamos en la zona común que en breve va a ser utilizada por el resto del personal científico, algún componente no aguanta el mareo y tenemos bajas en el proceso lo cual dilata la ardua tarea. Felizmente Amós y yo vemos hecho realidad un sueño recreado en conversaciones previas, nos sirven de cenar un caldero muy decente con un alioli excelente… merece la pena todo el esfuerzo del día.
Al día siguiente nos levantamos a las seis de la mañana para desembarcar en la Isla Rey Jorge (Caleta Potter), para muestrear principalmente Pingüinos Adelia. Es peligroso el trayecto ya que tampoco está cartografiado y hay un fondo con muchas rocas que no llegan a aflorar a la superficie, al final la hélice solo roza levemente cerca de la playa.

Estamos frente a un pequeño refugio que tienen los argentinos cerca de la pingüinera, cuando llamamos nos abren somnolientos y SORPRESA!!! Silvia apenas me reconoce por la barba y por el sueño que todavía arrastra, es una invasión en toda regla, a su vez Julia se encuentra con Bruno.


Es un momento especial y muy esperado, encontrar a alguien de tu tierra y de tu círculo cercano aquí, en medio de una isla desierta en el confín de la Tierra, tenía muchas ganas de saber que estaba bien. Tras abrazos y besos nos disponemos a trabajar, tenemos hasta las 14 en que el Barco vendrá a recogernos a la Base argentina de Jubany. Nos ayudan Silvia y Bruno Pasamos frío, los Adelia son preciosos, algo más pequeños que los Papúa pero con bastante más carácter. En las persecuciones mi tobillo responde.

Felizmente vemos en la playa una Foca de Weddell, no se inmuta ante nuestra presencia con lo que me puedo acercar cuanto me plazca, pero intento no perturbar esta “siesta antártica”. En el refugio conocemos otros argentinos que nos ofrecen sopa caliente y compartimos nuestro almuerzo...
Andamos una hora hasta la Base argentina con un paisaje de glaciares y lagos impresionante. La Base es inmensa, es de invernada y por lo tanto tiene gran espacio, laboratorios varios, cine, gimnasio, internet de banda ancha etc.

El Barco llega sobre las 16 y nos despedimos con cierta tristeza, hemos hablado mucho exprimiendo el escaso tiempo que éramos conscientes que teníamos. Tomamos rumbo hacia una Isla-Cono Volcánico llamada Pingüin, para que Amós ponga otro GPS, en el trayecto hay una cena especial para toda la dotación del Barco: ibéricos, empanadas gallegas de tres tipos (el 80% son gallegos), etc. El ambiente es buenísimo, pero de repente todo se estropea, Amós no puede bajar pues la niebla no deja ver nada y el radar detecta un iceberg entre nosotros y la Isla (el viaje no ha servido de nada). En cuestión de minutos se levanta un temporal de órdago, la experiencia es peor que el Drake, estamos fondeados y ante los envites de las olas la cadena tiene el riesgo de partirse, nos golpean olas de entre 8-10 metros que llegan a la altura del puente, salimos a toda máquina pero no amaina, se tiene que poner trajes de buzo y atarse para controlar las zodiacs que más que en la popa ya forman parte del mar. Sin desvestirme me meto en la cama, todo se cae a pesar de estar atado, en la propia cama damos botes, el barco oscila en los tres ejes que conozco... así toda la noche!!
El día después es pura desesperación vamos en un lento regreso isla a isla, dejamos con retraso a Andrés (el vuelo sale un día después), y vemos una tanda de películas… Julia está desesperada del barco. Al día siguiente llegamos a casa a eso de las 14 horas… pero para variar la mar no colabora y se retrasa el desembarco, pues así las zodiacs no pueden recogernos, estamos deseando llegar. El motor de estribor nos da un susto pero al final se soluciona. Pablo nos ayuda en el desembarco, es un chico genial, hemos hecho buenas migas. Ya en casa nos reciben en la playa a pesar del día… que gusto!!. Algo ha cambiado, hay 15 científicos más en la base, entre ellos varios rusos... tenemos que adaptarnos, ya no es lo mismo. El espacio es limitado y todo hay que compartirlo sobremanera…

Fotos: Javier Sánchez Banacloy, Miguel Motas y www.ejercito.mde.es/mexterior/webantartida/

jueves, 22 de enero de 2009

En la pingüinera con Miguel... (por Silvia Jerez)

Ya han pasado cuatro días desde que estoy en Jubany. Puede que suene a tópico, pero el tiempo trascurre aquí de forma diferente, a veces muy rápido, a ratos parece que despacio. Podría contar montones de cosas que llaman la atención en estas latitudes. ¡Darse una ducha viendo un glaciar enorme por la ventana no pasa todos los días! Ni estar escuchando desde la cama los gemidos de un grupo de elefantes marinos...
Hoy además han venido a la pingüinera Miguel, Jesús y Julia. Acabábamos de despertarnos en el refugio (un módulo pequeño que hay habilitado cerca de la pingüinera para evitar algunos días la caminata hasta la base), cuando han empezado a tocar la puerta... cuando he abierto no me lo podía creer, ¡menuda alegría! cualquiera los conoce con esa barba y sin esperarlos allí...

He estado con ellos tomando muestras de los pingüinos, y luego hemos vuelto a la base a esperar que los recogiera el barco. Hemos podido estar un rato tranquilos, hablando de cómo nos está yendo. Ha estado muy bien...


La pingüinera es una preciosidad, obviando el olor ¡claro! En la que yo voy a trabajar la mayor parte del tiempo, hay dos especies diferentes de pingüinos, adelia y papua. Son muy graciosos. Dentro de unos días tendré la oportunidad de trabajar también con pingüino barbijo, en una colonia a la que iremos en bote. Ya os iré contando...

Fotos: Silvia Jerez y Miguel Motas.

martes, 20 de enero de 2009

Nos preparamos para tomar muestras en otras islas...

Crónica 19-01-09

Hay cambios, Las Palmas llega mañana, antes de comer estaremos embarcados, con lo cual hoy hemos duplicado los esfuerzos analíticos. Después hemos dejado todo el material preparado, en principio serán tres o cuatro días fuera. En la Isla Rey Jorge me encontraré con Silvia y muestrearemos adultos en la playa, de las especies Adelia y Papúa. En otra jornada iremos a la Isla de Livingston (Punta Hannah) a muestrear Papúa y más Barbijo, será extenuante pero tengo muchas ganas.

Llevo por la lesión demasiados días en la Base y me apetece encontrarme con Silvia ¿cómo le habrá ido el Drake? En principio dormiremos en el barco, pero como todo es impredecible, llevamos tienda, sacos y raciones de supervivencia que nos han preparado los militares.

Otro día precioso y tras tener todo preparado, Julia y yo paseamos por fin hacia la zona sureste de la Isla, nos encontramos con un Lobo Marino que se nos enfada, después vemos unos vestigios de lo que fue la gran actividad ballenera que hubo en la Isla a principios del siglo pasado y por último nos sobrevuela rozando el “agua-espejo” de la Bahía Foster, un petrel gigante e escasos dos metros de nosotros.
Hoy ha sido el cumpleaños de Jesús, un militar miembro de los “cobreti”, los encargados de montar el nuevo módulo de vida, ha recibido múltiples regalos y hemos tenido tarta… ¡somos una familia!.

Fotos: Miguel Motas.

sábado, 17 de enero de 2009

¿Qué Hacemos Aquí?

Crónica 16-01-2009

Hoy no puedo subir, debo de tener el pie en reposo, con lo cual para adelantar trabajo me dedico al laboratorio mientras Julia y Jesús van a la pingüinera. El trabajo me cunde, llevamos ya 100 muestras procesadas. Como prometí, voy a explicar brevemente los experimentos: básicamente se seleccionan unos nidos y el primer experimento consiste en dilucidar si los parásitos presentes en los padres tiene influencia sobre la cría de los polluelos, para ello se le aplica a unos padres antiparasitarios y a otros no y se toman medidas de crecimiento en los polluelos de los diferentes nidos (peso, longitud de pico y de ala).

El otro experimento consiste en ver si la carga bacteriana presente en los polluelos es transmitida por los padres o por el contrario depende del medio, es decir transmisión vertical u horizontal, para lo cual se cambia un polluelo de nido se toman hisopos de padres e hijos y posteriormente se extrae el ADN de los patógenos, para posteriormente en España caracterizar las diferentes bacterias presentes en las muestras. Otros años se han congelado los hisopos y las muestras de procesaban en España, pero se ha comprobado que bacterias como Salmonella no soportaban el transporte, por lo cual se está extrayendo el ADN aquí. Paralelamente se toman muestras de sangre para determinar proteínas de estrés, sexar y buscar parásitos sanguíneos, las plumas sirven para buscar isotopos estables (N, C y De), que entre la variada información que proporcionan, nos dicen la dieta que ha seguido el animal, posibles migraciones, etc.


Por último queda la parte de la que me responsabilizo, la toma de muestras de los animales, cadáveres y del medio que les rodea, para poder caracterizar los niveles de contaminantes persistentes (tanto orgánicos como inorgánicos) en este medio, en teoría libre de contaminación. El pingüino por su alimentación y su posición en la cadena trófica, es válido como biomonitor de los niveles de contaminación ambiental. A su vez se intenta comparar con datos de otras campañas para ver si el cambio climático y el consiguiente deshielo, está liberando en un espacio breve de tiempo los contaminantes acumulados en el hielo desde la revolución industrial (es decir de origen antropogénico), y estudiar así su posible efecto en los animales. En colaboración con otro grupo que estudia el permafrost se van a intentar tomar muestras de hielo a distinta profundidad (con core), para así poder determinar los contaminantes acumulados, estratificando temporalmente esos niveles. Los datos ya procesados, detectan niveles en los pingüinos de los principales contaminantes, detectándose diferencias estadísticamente significativas entre distintas poblaciones, presentándose mayores niveles en zonas con una mayor carga turística o con bases cercanas, que en zonas alejadas de cualquier presión antropogénica en cualquiera de sus facetas.

Hoy ha sido un día frío, está nevando dándole un aspecto a la Isla más antártico, en Decepción es difícil que la nieve dure, pues al ser volcánica tiene zonas en que a pocos centímetros de profundidad ya hay 100º C, si bien el año pasado fue mucho más frío y el “lago central” estaba totalmente helado y la Base estaba sepultada en la nieve, no tuvieron agua y luz en varios días (tuberías congeladas, etc.).



Esta noche hemos estado en la base argentina cumpliendo el reto del ping-pong… Julia y yo hemos ganado 2 de 3 partidos!!... pero me temo que habrá revancha... A la vuelta hemos visto un pingüino de Papua. Precioso..


Fotos: Miguel Motas.

jueves, 15 de enero de 2009

Siguiendo los pasos de mis compañeros...(por Silvia Jerez)

En el mismo hotel en el que hace unos días se alojaron Miguel, Jesús y Julia, estoy pasando unos días en la ciudad "del fin del mundo" (Ushuaia). Mi experiencia antártica comenzara al fin el próximo viernes, si el tiempo lo permite, cuando está previsto que el Buque Las Palmas inicie un nuevo viaje hacia la Península Antártica. Como ya conto Miguel hace unos días, la travesía en barco dura unos 2 o 3 días, y será movidita... (recordemos el paso por el Cabo de Hornos y el Paso de Drake).



Mi destino final es la Isla del Rey Jorge (más conocida en Argentina como Isla 25 de mayo), en concreto, la Base Argentina Jubany, en donde desarrollare mis trabajos de muestreo, y colaborare con trabajos desarrollados por compañeros argentinos... ya os iré contando todo esto con más detalle.
Ushuaia es una ciudad peculiar, muy turística, y con gentes muy agradables. Impresiona su bahía, las montañas que la rodean, y las continuas alusiones a su latitud. El aterrizaje en su aeropuerto es un claro indicio de que este viaje es toda una aventura, que sin duda merece la pena.
Hoy es una ciudad moderna, pero tal y como nos conto un amable taxista, los primeros habitantes de Ushuaia, después de los militares, fueron los presos más peligrosos del país, ya que aquí se situó la cárcel argentina de máxima seguridad. Está claro, de aquí era difícil escapar...

Fotos: Silvia Jerez, Miguel Motas y Google Earth.