jueves, 29 de enero de 2009

Crisol científico... (por Miguel Motas)

Como decía algo ha cambiado, somos tantos que los recursos son muy compartidos, menos mal que con mucha educación y respeto todo funciona. Los rusos un portugués y un español llamado Miguel (ya somos de repente 4 en la base) estudian el permafrost, datan antigüedad y buscan bacterias de hace miles de años...
Otro grupo está compuesto por gente del Instituto Geominero y universidades, estudia el paleomagnetismo, menuda charla interesante tuve con Inma, la cual con mucha paciencia contestaba al intenso interrogatorio al que le sometí (siempre me ha gustado la geología), resulta que no conocemos casi nada de lo que pasa más allá de unos 20 km de profundidad en la corteza, que la corteza en los fondos marinos es más estrecha que en los continentes y esa diferencia es una de las razones que explica la mala y turbulenta relación entre las placas, que el polo norte magnético se invierte espontáneamente cada determinados años, no se conoce la causa pero ello permite datar determinadas rocas según el magnetismo... para tomar muestras perforan con una especie de broca hueca con una corona de diamantes incrustados y ayudada por agua, no me explico como el tesoro de Drake no ha salido ya a la luz entre tanta perforación.
En definitiva, un sinfín de cosas interesantísimas que me plantean como puede esta gente mantener la ilusión cuando no controlan prácticamente ninguna variable de sus experimentos, estando la explicación de muchos eventos miles de años atrás y pudiendo sólo aventurarse a postular teorías que parezcan explicar ciertos fenómenos, alterando una variable manteniendo las otras estables (algo no reproducible en la naturaleza), parece fustrante pero me explica que no tienen otro medio.

También hay un grupo de galleguiños que estudian toda la fauna intermareal, se pasan los días cual buscadores de oro, filtrando arena y buscando todo tipo de microfauna. Concha me explica sus cursos de formación a percebeiros y el papel fundamental que jugaron en la contaminación por el Prestige... Recientemente han llegado unos chilenos que estudian bacterias extremófilas, es decir, las que sobreviven en ambientes extremos tipo fumarolas y glaciares. Es difícil aburrirse con semejantes temas de conversación, te hacen sentir lo limitada que es una vida habiendo tantas cosas interesantes por aprender... una pena.

El domingo estuvimos invitados en la Base Argentina ya que celebraban el 61 aniversario de su fundación, como costumbre de la Armada nos invitaron a un chocolate muy bueno... nuestro país quedó honrosamente imbatido en un campeonato de ping-pong reñido. Entre jornadas de análisis llegó el día de volver la pingüinera, fue un día lamentable: lluvia, viento, frío (-6ºC) y finalmente nevada con ventisca… la cara sufría los pinchazos que la nieve con violencia nos propinaba… para aderezar la vuelta mi tendón de Aquiles otra vez... es la bota, me roza hasta que tras dos horas me produce la inflamación “sensaciones de rabia contenida e impotencia me embargan””... volvemos al tratamiento y en cuanto pueda pruebo las botas llegadas de España que espero me solucionen el problema, pues el ritmo de laboratorio es tan bueno que en breve llegamos a las 300 muestras y terminamos.

Por la tarde realizo la necropsia de los cadáveres encontrados en la pingüinera, es increíble el estado de conservación, al no haber prácticamente actividad microbiana no hay putrefacción, está perfectamente conservado, anatómicamente es un despliegue de estructuras fácilmente observables, tomo todo tipo de muestras, me siento mejor y algo más útil. La velada es agradable y Amós y Bismark comparten con nosotros un Gran Duque de Alba…

Fotos: Miguel Motas y www.ejercito.mde.es/mexterior/webantartida/

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