Es mi primera semana en la Base Gabriel de Castilla y mi primera semana antártica, ¿cómo describirlo en poco más de unos párrafos cuando todavía no he sido capaz de asimilarlo? voy a intentarlo con las limitaciones que alguien "de Ciencias" puede tener en estas lides.
Todo es especial y único aquí, el paisaje, el clima, las relaciones humanas, el ciclo luz/oscuridad, etc. Lo primero que uno debe de aprender aquí es a tener paciencia, todo lo planificado es susceptible de fracasar, uno no tiene dominio de su tiempo incluso a veces de su cuerpo (el frío puede entumecerte tanto las manos que no puedes trabajar con precisión), en apenas 40 minutos puedes presenciar las cuatro estaciones del año lo cual implica que cualquier labor realizada a la intemperie puede ser ardua.
Una vez superada esa primera fase de aceptar que “esto es la Antártida” viene la etapa buena, empiezas a interiorizar la grandeza de lo que te rodea, percibes la fuerza implacable de la naturaleza, la impetuosidad en todas sus expresiones: el mar, el viento, el frío, la dura competencia entre pingüinos, skúas, focas leopardos, etc., competencia tanto interespecífica como intraespecífica. La soledad, el silencio, las grandes dimensiones de todo lo que ves, unido a la ausencia total de contacto con el exterior (por motivos técnicos no podemos recibir correos electrónicos)... todo ello facilita una interiorización que permite vislumbrar en cada cual facetas desconocidas, toda sensación está a flor de piel, no te cuesta expresar tus sentimientos, centras la atención en las cosas verdaderamente importantes, tienes la sensación de empezar a conocerte a ti mismo.
Curiosamente hay una honrosa excepción a esa competencia intraespecífica a la que te abocan las dificultades… nosotros. Todas estas dificultades exacerban un sentimiento de compañerismo y respeto sin igual en otros escenarios cotidianos de nuestras vidas. Ya ha sido inmejorablemente descrita la inestimable labor del ejército en esta misión científica, todo ello gracias a unas PERSONAS con mayúsculas en todas sus vertientes, trabajadores incansables, solícitos a todo requerimiento, amables, educados, simpáticos, divertidos, responsables…..son el alma de la Base. Si bien es de justicia destacar que toda esta orquesta está milimétricamente sincronizada por el Jefe de Base (Fernando), el cual con una mezcla armónica de rigurosidad y simpatía es capaz de que hagas hasta lo que no quieres hacer.
Entre el personal científico hay una comprensión y apoyo continuo, todos tenemos una curiosidad insaciable por saber qué es lo que hace tu colega con esos aparatos tan raros… Es divertidísimo aprender de geodesia, vulcanismo, chismografía, cartografía, etc. Si bien es cierto que es un poco vergonzante que uno tenga que venir al Polo Sur a 13.000 km de su tierra, para tener buenas relaciones y sinceras con cualquier colega con el que entabla una conversación.
En fin, uno va adquiriendo conciencia con el paso de los días, que esta experiencia va a cambiar su vida, tanto desde el ámbito personal como desde el punto de vista científico.
“Estos días se quedan con uno para siempre, son inolvidables y no se encuentran en ningún otro sitio más que en los polos”
Todo es especial y único aquí, el paisaje, el clima, las relaciones humanas, el ciclo luz/oscuridad, etc. Lo primero que uno debe de aprender aquí es a tener paciencia, todo lo planificado es susceptible de fracasar, uno no tiene dominio de su tiempo incluso a veces de su cuerpo (el frío puede entumecerte tanto las manos que no puedes trabajar con precisión), en apenas 40 minutos puedes presenciar las cuatro estaciones del año lo cual implica que cualquier labor realizada a la intemperie puede ser ardua.
Una vez superada esa primera fase de aceptar que “esto es la Antártida” viene la etapa buena, empiezas a interiorizar la grandeza de lo que te rodea, percibes la fuerza implacable de la naturaleza, la impetuosidad en todas sus expresiones: el mar, el viento, el frío, la dura competencia entre pingüinos, skúas, focas leopardos, etc., competencia tanto interespecífica como intraespecífica. La soledad, el silencio, las grandes dimensiones de todo lo que ves, unido a la ausencia total de contacto con el exterior (por motivos técnicos no podemos recibir correos electrónicos)... todo ello facilita una interiorización que permite vislumbrar en cada cual facetas desconocidas, toda sensación está a flor de piel, no te cuesta expresar tus sentimientos, centras la atención en las cosas verdaderamente importantes, tienes la sensación de empezar a conocerte a ti mismo.
Curiosamente hay una honrosa excepción a esa competencia intraespecífica a la que te abocan las dificultades… nosotros. Todas estas dificultades exacerban un sentimiento de compañerismo y respeto sin igual en otros escenarios cotidianos de nuestras vidas. Ya ha sido inmejorablemente descrita la inestimable labor del ejército en esta misión científica, todo ello gracias a unas PERSONAS con mayúsculas en todas sus vertientes, trabajadores incansables, solícitos a todo requerimiento, amables, educados, simpáticos, divertidos, responsables…..son el alma de la Base. Si bien es de justicia destacar que toda esta orquesta está milimétricamente sincronizada por el Jefe de Base (Fernando), el cual con una mezcla armónica de rigurosidad y simpatía es capaz de que hagas hasta lo que no quieres hacer.
Entre el personal científico hay una comprensión y apoyo continuo, todos tenemos una curiosidad insaciable por saber qué es lo que hace tu colega con esos aparatos tan raros… Es divertidísimo aprender de geodesia, vulcanismo, chismografía, cartografía, etc. Si bien es cierto que es un poco vergonzante que uno tenga que venir al Polo Sur a 13.000 km de su tierra, para tener buenas relaciones y sinceras con cualquier colega con el que entabla una conversación.
En fin, uno va adquiriendo conciencia con el paso de los días, que esta experiencia va a cambiar su vida, tanto desde el ámbito personal como desde el punto de vista científico.
“Estos días se quedan con uno para siempre, son inolvidables y no se encuentran en ningún otro sitio más que en los polos”
Edward Wilson
Actualizado por J.C.Gómez.
Información publicada por Miguel Motas en el Blog de la Base Gabriel de Castilla.
Fotos: Miguel Motas y www.ejercito.mde.es/mexterior/webantartida/
5 comentarios:
Hola Miguel !!
Bueno, verdaderamente, tu cronica es estupenda, asi que has pasado con creces el "examen" de escritor de cronicas antarticas, ya estas en el mismo nivel que el cronista del BIO "Las Palmas", seguro que en viaje te ha instruido mas que bien !!! Bueno, te cuento que sigo diariamente lasa actividades que realizan, asi, que espero nuevamente tus cronicas. Solo te pido que cuentes como es el mecanismo que usas para actualizarla diariamen te, supongo que por telefonia satelital ??
Un saludo cordial desde Lujan Argentina
Hola Miguel, Silvia y resto de PERSONAS en la base...
Me alegra leeros-veros y me dais mucha envidia (de la sana). Seguid disfrutando como hasta ahora.
Os mando un BESO GORDO.
Por cierto el bar de blues es más "kalentito" que la Antártida...
Mucho ánimo para tod@s.
Rakel
!!! Impresionante ¡¡¡. Acabo de engancharme literalmente al blog, Has conseguido hacernos llegar la intensidad con la que tenéis que estar viviendo esta experiencia. Un abrazo a todo ese equipo de “amigos” que ya formáis, y un besote para ti.
Cuídate mucho.
Delia
Miguel, espero que puedas ir leyendo los comentarios o te los pasen, para que veas que somos unos cuantos los que te seguimos.
Hola Delia... eres "nuestra" Delia?
Saludos
he tenido la oportunidad de ver la base en decepcion Island el pasado noviembre, aun no estaba en funcionameinto la temporada, y la verdad es que me parece que teneis una oprtunidad fascinante de conocer esta tierra increible. Estoy escribiendo cositas en mi blog sobre la antartida. si quereis darle un vistazo es:
trekkingyaventura.blogspot.com/
jam
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