Después de tener todo arreglado, sólo queda una sucesión de pequeñas cosas que no tiene fin. Colgamos los carteles que hemos elaborado con la distancia hacia nuestra tierra, es extraño ya que todo el mundo lo ha puesto en la dirección equivocada ¿o no? Llega la hora de despedir a un gran contingente de compañeros que se van antes en el barco, ya que desde Rey Jorge tomarán el vuelo. Entre ellos van Bismarck y Amós, Amós lo veremos a Ushuaia, pero a Bismarck ya no... la despedida es dura, besos, abrazos, unos con más lágrimas que otros, los cuales las aguantan en su interior intentando mantener al máximo posible la compostura. La despedida con mis amigos es breve, incluso seca... pero muy intensa y sentida, es como una especie de acuerdo tácito, parte de mi experiencia antártica se va indefectiblemente con ellos...duele.
Ayer estuvimos todo el día de espera, preparamos maletas, cerrando todos los arcones con el material de investigación, etc. Por la tarde Jesús y yo estiramos las piernas acompañando a los compañeros de fauna intermareal a Fumarolas, era de lo poco que me faltaba por ver. La fumarola emite gases sulfurosos, al tocar el suelo arde, es una sensación imponente de la fuerza de la naturaleza. Vemos muchos lobos marinos, alguno se nos encara hasta hacernos correr por la playa, también vemos crías jugando, como casi todos los benjamines son preciosos de admirar y graciosos en su comportamiento.
La tarde era buena, pero en cuestión de 10 minutos ingresa una niebla en la Bahía acompañada de frío y viento, la vuelta es desagradable y al subir la marea, nos cuesta sobremanera atravesar el canal que une la Bahía al Lago Irizar, las botas de agua son una nimia defensa frente a la corriente helada, al final lo conseguimos.
La tarde noche es épica, ese viento va incrementándose hasta cotas que no habíamos presenciado, los dos remolcadores argentinos que por la tarde estaban en la Bahía tienen que dejar el fondeo por lo mal que está el mar, no pueden salir de la Bahía por los Fuelles de Neptuno con ese temporal, se dedican a dar vueltas por la Bahía. Dos veleros sufren, uno de ellos con el aventurero Jesús Calleja, que realiza programas de aventura para Cuatro y que pretendía venir a vernos, también tiene que dejar el fondeo por el fuerte viento y oleaje que se está instaurando. El buque Las Palmas no puede entrar por la misma razón, por la radio captamos la tensión de maniobras rápidas e improvisadas que tienen que coordinar sobre la marcha.
Por la noche da miedo, llegamos a vientos de 80 nudos (140 km/h), el módulo de vida tiembla, vemos volar placas metálicas de la remodelación de la base, un big box sale volando delante de nuestros ojos, se cae la antena de transmisiones a punto de golpear uno de los vehículos, nuestro iglú se empieza a desmontar y pierde partes de la estructura que aparecerán a cientos de metros de la Base... la Isla nos quiere despedir dejando claro lo que puede ser la Antártida, infunde respeto por no decir miedo.
Ha sido una noche larga pero afortunada para nosotros cuando el velero nos comenta lo que ha sufrido. Durante el infierno nocturno han perdido el radar, las antenas, han roto las velas... nos lo cuentan por la radio exhaustos, no han pegado ojo y han temido por su vida, les ofrecemos toda nuestra ayuda, con semejante panorama se cancela la visita por hoy. Por la tarde amaina con lo cual Las Palmas podrá entrar y está previsto que mañana por la mañana embarquemos.
Fotos: Miguel Motas.
Ayer estuvimos todo el día de espera, preparamos maletas, cerrando todos los arcones con el material de investigación, etc. Por la tarde Jesús y yo estiramos las piernas acompañando a los compañeros de fauna intermareal a Fumarolas, era de lo poco que me faltaba por ver. La fumarola emite gases sulfurosos, al tocar el suelo arde, es una sensación imponente de la fuerza de la naturaleza. Vemos muchos lobos marinos, alguno se nos encara hasta hacernos correr por la playa, también vemos crías jugando, como casi todos los benjamines son preciosos de admirar y graciosos en su comportamiento.
La tarde era buena, pero en cuestión de 10 minutos ingresa una niebla en la Bahía acompañada de frío y viento, la vuelta es desagradable y al subir la marea, nos cuesta sobremanera atravesar el canal que une la Bahía al Lago Irizar, las botas de agua son una nimia defensa frente a la corriente helada, al final lo conseguimos.
La tarde noche es épica, ese viento va incrementándose hasta cotas que no habíamos presenciado, los dos remolcadores argentinos que por la tarde estaban en la Bahía tienen que dejar el fondeo por lo mal que está el mar, no pueden salir de la Bahía por los Fuelles de Neptuno con ese temporal, se dedican a dar vueltas por la Bahía. Dos veleros sufren, uno de ellos con el aventurero Jesús Calleja, que realiza programas de aventura para Cuatro y que pretendía venir a vernos, también tiene que dejar el fondeo por el fuerte viento y oleaje que se está instaurando. El buque Las Palmas no puede entrar por la misma razón, por la radio captamos la tensión de maniobras rápidas e improvisadas que tienen que coordinar sobre la marcha.
Por la noche da miedo, llegamos a vientos de 80 nudos (140 km/h), el módulo de vida tiembla, vemos volar placas metálicas de la remodelación de la base, un big box sale volando delante de nuestros ojos, se cae la antena de transmisiones a punto de golpear uno de los vehículos, nuestro iglú se empieza a desmontar y pierde partes de la estructura que aparecerán a cientos de metros de la Base... la Isla nos quiere despedir dejando claro lo que puede ser la Antártida, infunde respeto por no decir miedo.
Ha sido una noche larga pero afortunada para nosotros cuando el velero nos comenta lo que ha sufrido. Durante el infierno nocturno han perdido el radar, las antenas, han roto las velas... nos lo cuentan por la radio exhaustos, no han pegado ojo y han temido por su vida, les ofrecemos toda nuestra ayuda, con semejante panorama se cancela la visita por hoy. Por la tarde amaina con lo cual Las Palmas podrá entrar y está previsto que mañana por la mañana embarquemos.
Fotos: Miguel Motas.
2 comentarios:
Hola Miguel
Qué pena que haya descubierto este blog tan tarde, cuando ya estáis pensando en el regreso.
De todos modos me ha dado alegría; aunque no sea un encuentro real, el hecho de leer los comentarios y ver las fotos ha sido como el reencontrarse con un amigo del que hacía mucho tiempo no se sabía nada.
Que tengáis un buen regreso a España y saludos a la "Cruz del Sur"
Un abrazo,
Jose María Mariñoso Pascual
(Josito)
Hola!!.. entre aca de casualidad buscando fotos de la Antartida.. que hermoso viaje...muy interesante.. muy lindas las fotos... un saludo.. soy leti de la patagonia... SUERTE!
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